Miércoles 23 de Marzo de 2011

Ciudad-memoria: monumento, lugar y situación urbana

Ciudad-memoria: monumento, lugar y situación urbana

Pablo Sztulwark (arquitecto, profesor y ensayista) analiza la memoria urbana como un conjunto de fuerzas vivas que "afectan a un objeto o un espacio y lo transforman en lugar". Desde esa perspectiva, cita dos ejemplos (el Puente Pueyrredón, la Plaza del Alma) y señala al graffiti como una forma de construir memoria que desborda los soportes institucionales.

 

"Haber tenido lugar es tener un lugar". Gerard Wajczman


Según Robert Musil, no hay nada en el mundo tan invisible como los monumentos. Es cierto que se trata de una provocación, también es cierto que esa provocación es verdadera. Pero, además, se trata de una observación crítica a un modo histórico de construir memoria. Según ese modo, la memoria se objetiva en diversos dispositivos: el monumento es una forma; el museo, el archivo, el documento histórico, son otras tantas formas de la misma objetivación. Así entendida, la memoria es la representación del pasado concentrada en un objeto.

Ahora bien, la concentración de la memoria en un objeto organiza una delegación: los archivos son los responsables de la memoria, la memoria es patrimonio institucional. De esta manera, la memoria —dice el historiador Pierre Norá— pierde toda espontaneidad. Gestionada la delegación, el archivo, el monumento, el museo, el festival, el aniversario, etc., devienen responsables excluyentes y exclusivos del gobierno de la memoria.

Visto de otra manera, la memoria no es ni representación del pasado ni objetivación de lo sucedido ni construcción acabada. Según esta otra mirada, sobre la que intentaré transitar, la memoria es un conjunto de fuerzas heterogéneas, y hasta contradictorias, que afectan, alteran, suplementan un objeto o un espacio y lo transforman en lugar.

Ahora bien, si la memoria es indeterminación viva, no hay dispositivos institucionales que pueden naturalizarla ni soportes establecidos que puedan congelarla. O al menos, las operaciones de naturalización y congelamiento no pueden con ella. Si se quiere, la memoria espontánea, viva, indeterminada, adquiere y construye sus propias formas. Sobre estas otras formas, trataré de pensar a partir de distintas situaciones.

Ahora bien, detengámonos en la ciudad, nuestro sitio de implicación. Si la memoria es monumental, la memoria de la ciudad está concentrada y reducida a unos objetos. En consecuencia, la memoria urbana existe solamente donde fue preestablecida por el urbanista, el funcionario, la institución. Si la memoria no está concentrada en un objeto sino que está hecha de marcas y afectaciones varias (deliberadas o no; programadas o no; contradictorias o no), la memoria urbana es la ciudad misma. En definitiva, las marcas que hacemos y hacen ciudad.

Concebida más allá de los objetos, la memoria urbana no es una objetivación institucional sino una marcación colectiva; no es una construcción terminada sino una configuración en construcción que emerge aquí y allá. Así concebida, la ciudad tiene otra manera de ser vivida.

Si la ciudad es el lugar de la memoria y la memoria no es reducida a monumento, es necesario indagar: ¿qué quiere decir esto? ¿Qué implica esto? ¿A dónde nos conduce esta formulación? Para aclarar esta cuestión, partiré de otro sitio.

En la ciudad contemporánea, afectada por el flujo de capitales, imágenes, personas, información, no hay lugares habitables generadores de sentido. Hasta que los hay. Cuando los hay —como resultado de una intervención— adviene el lugar, adviene la huella material que soporta los sentidos. El lugar, en otras palabras, es el sitio donde el acontecimiento adviene y configura, marca, afecta. La memoria requiere de un lugar donde acontecer porque la memoria es un diálogo complejo e indeterminado entre espacio y tiempo.

[...] Como iremos viendo, no se trata de espacios institucionalmente definidos de una vez y para siempre, sino de lugares en construcción permanente.

Comenzaré por un lugar de nuestra ciudad. Estamos en el Puente Pueyrredón, aunque resta precisar cuándo. Estamos en el Puente Pueyrredón después del asesinato de Kostecki y Santillán a manos de la policía. Después del asesinato, el puente no es el mismo; después del asesinato, transitar este puente no puede ser lo mismo. El puente es otro y sus visitantes también.

[...] Partamos de una distinción que trabajamos con el querido Ignacio Lewkowicz en Arquitectura plus de sentido. Allí distinguíamos entre ciudad de los flujos y situaciones urbanas. No era una mera distinción teórica, era una distinción que nos permitió pensar la existencia de situaciones urbanas en la ciudad de los flujos. También, siguiendo esa misma distinción, la ciudad implica un sentido preestablecido mientras que las situaciones urbanas organizan un sentido, una espacialidad, un plus a pesar del flujo y más allá de lo preestablecido. Algo de este orden acontece con el Puente Pueyrredón. O más precisamente, en el Puente Pueyrredón.

El puente es una marca en la ciudad que dice y nos dice. ¿Qué dice el puente? No lo sé pero no hay dudas de que dice. Y lo dice cada vez que es transitado, ocupado, habitado, convocado. Si no lo creen, prueben.

[...] Un último ejemplo para no abundar. Estamos en París; estamos en una plaza de París llamada Plaza del Alma, según la designación oficial. En esta plaza, hay una base de mármol —larga, dorada, estilizada— que representa la llama de la libertad. Según la placa ubicada en la plaza, esa base es una réplica de la llama que sostiene la estatua de la libertad en Nueva York. Al parecer, la llama representa la libertad y la amistad como valores universales. Hasta aquí, nada memorable; apenas una plaza menor para el recorrido turístico promedio.

Pero las condiciones se alteran y alteran el sentido de la plaza. La Plaza del Alma está construida sobre un túnel y en ese túnel se mata Lady Di. Antes del accidente, la plaza carece de sentido para sus visitantes; después del accidente, la plaza se convierte en la plaza de Lady Di. En poco tiempo, se cubre de graffitis, dibujos, collages, muñecos, postales, cartas... en honor a la princesa trágicamente muerta.

La intervención está hecha. O por lo menos, en proceso. Después del accidente, un conjunto de acciones convierten esa plaza sin marca ni afectación en un lugar poblado de memoria. Es cierto que no se trata de una intervención deliberada, calculada, codificada. Por el contrario, se trata de un conjunto heterogéneo de acciones que marcan, afectan, construyen espacialidad. En definitiva, la construcción de sentido no resulta de una intervención institucionalizada —esa sería la lógica de la plaza oficial, la lógica que arma un sentido preestablecido y cerrado— sino de una variedad de acciones, sin plan entre sí, que construyen lugar. La plaza ya no es una plaza más de París, tampoco es solamente una plaza oficial que presenta la libertad y la amistad como valores universales; la plaza es una construcción colectiva que vuelve habitable lo inhabitable, es un espacio que hace lugar. Lo que, dadas las circunstancias, no es poca cosa.

[...] La Plaza del Alma (o la Plaza de Lady Di) también nos invita a revisar los mecanismos productores de memoria. Si la plaza institucional no generaba afectación alguna, la Plaza —luego de la muerte princesa— abre otro juego de espacios. Como se ve, no se trata de una intervención orientada a la producción de un espacio habitable sino de unas acciones absolutamente contingentes que, a pesar de su contingencia, dan lugar al lugar. La contingencia da lugar al acontecimiento y, lo inhabitable, resulta habitado. En esta situación, la memoria es una construcción de sentido en la contingencia.

¿Qué nos dicen estas situaciones? ¿Qué nos dicen estas situaciones que relanzan el problema de la memoria? Nos dicen muchas cosas pero, sobre todo, redefinen el problema. Ante la pregunta por la ciudad como lugar de la memoria, nos invitan a indagar las situaciones urbanas como generadoras de memoria. Como nos dice Borges: "los ojos ven lo que están acostumbrados a ver". Justamente por eso, es tiempo de indagar estas otras formas de la memoria: más allá del archivo, del monumento, de la plaza oficial; es tiempo de pensar la memoria como eso que está actuando todo el tiempo, como eso que está produciendo y produciéndonos. Más allá de lo monumental, hay situaciones urbanas que producen memoria, que hacen memoria. La tarea es entrenar a nuestro cuerpo en el ejercicio de esta sensibilidad.


Pablo Sztulwark, en el libro Ficciones de lo habitar, Ed. Nobuko, Buenos Aires 2009.

Podés leer el texto completo en: http://foroalfa.org/articulos/ciudad-memoria

 

Miércoles 9 de Noviembre de 2022

Lucía Seguí - Escucharás las paredes

En mayo partió la fotógrafa cordobesa Lucía Seguí. Tuve la suerte de conocerla en el Cineclub de Nono, que funcionaba en su casa. Su amigo Ruben De Noia, mi profesor de arquería, me prestó estas postales de sus graffitis cordobeses de los '80, que escaneé para compartir a modo de homenaje.

Martes 2 de Febrero de 2021

Prensa popular en las paredes y en la red

Desde 2016, Lean registra y publica pintadas callejeras como comentarios de la actualidad: así hace de una cuenta de Instagram las portadas de un diario "personal" al ritmo de la coyuntura.

Sábado 8 de Agosto de 2020

Acción para velar a una mujer quemada

En la noche del sábado 4 de julio en Constitución, por Virrey Ceballos al 1200 bajo la autopista, quemaron a una mujer dentro de la precaria casilla en la que vivía. No se logró reconocerla pero dicen que se llamaría Julieta. Un grupo anónimo realizó una acción en el lugar para velarla y ver si se puede restituir su nombre.

Jueves 21 de Marzo de 2019

Un cúmulo de casualidades buenas - entrevista a Desorden

Atrás de la firma Desorden, se adivina una mano de mujer que convierte la O de la sílaba central en un corazón y combina el tag personal con letras de canciones ajenas. En calles de Uruguay, Chile, Argentina y en su cuenta de Instagram (@desordensenace), podrás ver sobre vidrios y paredes las múltiples aplicaciones de este tag que también muta traducido a otros idiomas. Es lo que pasa cuando el caos se vuelve sensible. 

Viernes 22 de Febrero de 2019

Me interesa acercarme, ir hacia lo profundo - Entrevista a Nicolás Preci

Nicolás Preci nació en 1983 en Buenos Aires. Es fotógrafo, viajero y autor de "Cacheños", una serie de fotos a gran escala de vecinos de Cachi, que pueden verse en las calles de este pueblo salteño desde hace varios meses.

Comentarios


No hay comentarios por ahora.

Hacer comentario
 

Los comentarios de personas no registradas deben ser aprobados antes de publicarse. Te recomendamos registrarte: son sólo dos pasos.

Desarrollan


Actualización diaria
Última actualización: 28/03/2024

Visitas: 376098